Uno de los aspectos que más repite la CD Provincial en Amsafe por estos días es su preocupación por el voto secreto.
En realidad es uno de los tópicos que utiliza para cuestionar la votación por el paro de miles de compañerxs de Rosario y otros departamentos. Y para negarle el derecho a voto a miles de afiliadxs.
Resulta un poco extraño que en Rosario saquen flyers llamando a votar la Moción que ellos presentaron… pero cuando aparecen los resultados y salen terceros denuncien el mecanismo de votación.
Pero dejemos a un lado esta contradicción y vayamos un poco al contenido del planteo. En las organizaciones sindicales, y Amsafe no es la excepción, es común el voto en asamblea a mano alzada. Eso no tiene nada de malo o de pecaminoso. Nuestro estatuto prevee que una cantidad de cuestiones centrales se definan por el voto no secreto de lxs afiliadxs en asamblea: la votación de la Memoria, el Balance, la Cuota Sindical y la Política Gremial, la elección de representantes a Juntas de Escalafonamiento o Jurados de Oposición. Más aún, los que conocemos bien la vida gremial sabemos que hay un momento de máxima tensión que es la elección de los integrantes de las Juntas Electorales y allí también la votación no es secreta.
¿En serio que alguien ve algún problema en que se sepa si unx compañerx votó por 48 horas o por dos semanas, por paro por tiempo indeterminado o por quite de colaboración o por no hacer paro? ¿Cuál sería el peligro?
Yo no quiero insistir con el tema de las contradicciones, pero me hacen acordar a lxs legisladorxs de la derecha que ponen todo tipo de trabas para que el Senado y Diputados no sesionen. Yo personalmente saludo que las autoridades legislativas busquen y encuentren mecanismos para que en las cámaras legislativas se puede sesionar y votar. Capaz que algún día hasta voten el Impuesto a las Grandes Fortunas.
Pero volvamos a la Amsafe. Puede ser que dirigentes como Sonia Alesso o sus seguidores de nuestros departamentos vecinos como San Lorenzo o Constitución se sientan inflamados por el espíritu de Roque Sáenz Peña y se emocionen defendiendo el carácter secreto del voto. El problema es que, mientras tanto, lxs únicxs con derecho a votar parece que son ellxs.
Sospecho que, una vez más, le tienen miedo a la votación de las bases.