Taller de la voz: “La disfonía es contemplada como una enfermedad profesional”

Bajo la coordinación a cargo de las fonoaudiólogas Nancy Cristaldo y Alejandra Lagrange, y el psicólogo Javier Córdoba, el 22 de mayo de 2019, realizamos la actividad “Taller de la voz. Prevención de disfonías docentes” en la sala de conferencias “Pedro Martí”.

El equipo interdisciplinario de salud laboral de Amsafe Rosario comenzó su exposición planteando que la disfonía es contemplada como una enfermedad profesional: “Los docentes, al estar todos los días en una situación muscular levantando la voz, presentan síntomas de fatiga vocal”.

Consecuentemente, Lagrange definió a la voz como una herramienta de trabajo, un recurso  muy importante, un medio para comunicarnos y un rasgo espontáneo del comportamiento humano que denota ciertas características de la persona.

“Para que se produzca la voz necesitamos aire a través de los pulmones, logrando la intensidad; cuerdas vocales ubicadas en la laringe, generando el tono; y los resonadores como la cabeza, los huesos y huecos de nuestro cuerpo que forman el timbre”, expresó la fonoaudióloga y agregó: “Tenemos cuatro cuerdas vocales, dos suplentes y dos verdaderas, que están ubicadas de manera horizontal como una “V” invertida. Estas son músculos, por lo tanto, tengo que precalentarlas y relajarlas”.

Cristaldo definió a lalaringe como un cartílago que está sostenido por todos los músculos del cuerpo y detalló sus funciones:

– Respiratoria: permite la entrada y salida de aire.
– Esfinteriana: permite la realización del esfuerzo.
– Deglutoria: cierra el paso de los alimentos hacia los pulmones.

“Cuando las cuerdas vocales están abiertas, respiramos y cuando están cerradas, emitimos  sonido. La voz es producida por la laringe y amplificada por las estructuras de resonancia. Este proceso se inicia con la voluntad que desencadena un gran número de órdenes al sistema nervioso central, que pone en funcionamiento todos los elementos que producen la voz: respiración, fonación, articulación, resonancia y expresión”, detalló.

Córdoba manifestó que somos una unidad entre el cuerpo y la mente, en consecuencia, otro de los factores que intervienen en nuestra voz es el emocional: “A través del timbre, tono, velocidad y vibración se refleja el estado emotivo de la persona”.

Posteriormente, desarrolló los siguientes términos para definir una voz:

– Afónica: ausencia de la voz.
– Disfónica: distorsiones en las cualidades de la voz.
– Eufónica: voz armónica con sus cualidades conservadas.

El psicólogo aclaró que la Ley de Riesgo de Trabajo establece las patologías de la voz para todos los docentes de todas las modalidades y expuso las condiciones para que se considere a las disfonías como enfermedad profesional:

– Por el uso excesivo o inadecuado de la voz.
– El docente debe estar al frente de alumnos en clase.
– Debe tener carga semanal elevada.
– Debe estar expuesto al agente causal no menos de 15 días para que consideren el caso las ART.
– No se considera al RGE.
– La evolución de la disfonía se exacerba hacia el fin de semana y en meses de mayor uso.

Luego, los oradores hicieron referencia a pautas de higiene vocal:

– Hidratación (antes, durante y después de la jornada laboral).
– Evitar pastillas de menta o mentol.
– Evitar fumar.
– Evitar las comidas copiosas, grasosas, fritas, café, té, alcohol, gaseosas.
– Evitar hablar en ambientes ruidosos.
– Corregir alteraciones postulares.
– Prestar atención a las tensiones generalizadas y específicas.
– No automedicarse y consultar al médico.

Finalmente, con un auditorio lleno de asistentes, remarcaron que la relajación, la postura y la respiración son los tres pilares fundamentales para tener una buena emisión vocal. Por consiguiente, realizaron ejercicios vinculados a dichas temáticas durante la última hora del taller.

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