Guraieb: “Peter Pan no se nace, se construye”

Junto al programa radial La aguja en el pajar, el viernes 14 de octubre llevamos a cabo la charla “Inmadurez emocional: casusas y consecuencias. Pasaje a la madurez emocional” a cargo de la Lic. en Psicología Adriana Guraieb.

“Mi investigación acerca de la inmadurez emocional comenzó cuando empecé a notar que muchos pacientes posponían sus compromisos de pareja excusándose en motivos banales. Era imposible no relacionar estas situaciones con el cuento de Peter Pan y toda su metáfora vinculada a la eterna juventud y el terror al paso del tiempo”, inició el encuentro la psicóloga.

Durante el taller la especialista hizo referencia al estudio a partir de esta historia de fantasía y especificó los diversos estereotipos sociales elaborados a partir de los protagonistas:

– Peter Pan: representa a los hombres que se resisten a crecer. Estos se han quedado pegados a las fantasías infantiles y, a pesar del paso del tiempo cronológico, continúan siendo inmaduros. No tienen proyectos de vida y poseen marcadas características narcisistas.

– Wendy: simboliza el estereotipo de mujer que cumple una función maternal dentro de la pareja. Son personas con baja autoestima que tienden a satisfacer todos los pedidos de su compañero.

– El hada Campanita: es un estereotipo de estructura psicológica similar al de Wendy, pero con la gran diferencia de poseer autoconfianza.

Según la disertante, “la madurez emocional de una estructura mental depende del equilibrio de los principios de realidad y placer. La inestabilidad entre estos dos genera una adolescencia tardía”.

“Las madres tienen el rol fundamental en el desarrollo de los niños y hay diferentes perfiles: La mamá gallina, que quiere tener todos los pollitos cerca; la mamá sargento, que es la que decide absolutamente todo o dice cómo hay que hacer las cosas; la mamá manipuladora, que utiliza una enfermedad o debilidad para manejar a sus hijos bajo el pretexto de que algo le puede pasar, y la mamá sola, que quiere que los vacíos existenciales se los llenen los hijos”, conceptualizó.

Posteriormente, la oradora expresó que las madres tienen que ayudar a crecer a los hijos para que puedan alcanzar su madurez. “Esto es duro, pero no podemos tenerlos bajo nuestras alas. Si no crecen, surge la ambivalencia afectiva”, reflexionó y agregó: “Para su sano crecimiento, es necesario poner límites firmemente sin llegar a ser autoritarios”.

Finalmente, indicó que Peter Pan no se nace, se construye: “La sobreprotección, la extrema permisividad de parte de los padres y las facilitaciones inmediatas ante cualquier requerimiento impiden el desarrollo de espíritu de lucha”. Pero remarcó que es posible romper con este síndrome: “No hay que negar el paso del tiempo y, en lugar de refugiarse en el mundo infantil ante cualquier obstáculo, asumir las responsabilidades”.

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