Charla: “Sindicalismo docente en Argentina y Brasil”

El viernes 9 de agosto de 2019, en la sala de conferencias “Pedro Martí”, llevamos a cabo la charla “Sindicalismo docente en Argentina y Brasil”.
La jornada estuvo divida en tres partes: La primera “Experiencias federativas de los docentes en la provincia del Chaco (1960-1976)” a cargo de Adrián Ascolani, investigador del CONICET y docente de la UNR; la segunda “Procesos organizativos del sindicalismo docente bonaerense (1983-1989)” de la mano de Luz Lafiosca, docente de la UBA, y finalmente “La consolidación del sindicalismo docente en el sector público brasileño (1978-1988)” desarrollada por Julián Gindin, de la Universidad Federal Fluminense, Brasil.

Ascolani comenzó su exposición planteando que, en Argentina, en las décadas de los treinta y cuarenta las asociaciones suelen ser moderadas, tendientes a la petición y sin confrontaciones fuertes. Después de la Primera Guerra Mundial, hay una acción por las mejoras de las condiciones laborales.

“En la mitad de siglo, en los gobiernos de Vargas y Perón se percibe una voluntad por parte del Estado de unificar las asociaciones gremiales, controlarlas y reconocerlas como interlocutoras en la negociación de salarios y condiciones de trabajo”, expresó el investigador y agregó: “En los sesenta podemos observar algunas diferencias. Mientras que en nuestro país, luego de la Revolución Libertadora, se da un retorno a las asociaciones previas al peronismo pero con demandas laborales, en Brasil el camino no es el mismo”.

Luego, se refirió a la situación de Chaco en particular, especificando las formas de actuar de las organizaciones de magisterio. Según el pensador, a partir de 1959 se conforman varias asociaciones  de docentes, pero “en 1973 se genera una unificación que da lugar a la “Federación Chaqueña de Trabajadores de la Educación. En 1976 con el golpe no va a poder seguir funcionando. Su presencia es muy breve, aunque en el año 1982 vuelve a tener actividad”.

Posteriormente, detalló los reclamos sindicales que se fomentan en 1983 con la vuelta de la democracia:

– Contra las sanciones económicas sufridas por los docentes nacionales y privados, que desconocen el derecho a huelga reconocido por la Constitución Nacional y la Provincial.
– Contra la transgresión del Estatuto del Docente al incorporar el “complemento compatibilizador no bonificable”.
– Falta de respuesta al pedido de reincorporación de los docentes declarados “prescindibles”.
– Contra la transgresión al Estatuto del Docente a no cumplir el 82% móvil en el orden nacional y la jubilación de 25 años de servicio sin límite de edad.
– Por irregularidades en los Servicios de Nutrición escolar.
– Por el régimen de licencias que reconozca derechos a interinos y suplentes con respecto a los titulares.

“Con el tiempo se va enfatizando en la lucha por la remuneración, mejores condiciones de estabilidad sobre todo de los interinos, bonificaciones, salario familiar y la acción del sindicato en la definición de las políticas educativas”, reflexionó el orador.

Por su parte, Luz Lafiosca hizo referencia a los inicios del gremialismo docente en los años ochenta en el ámbito bonaerense. Según la disertante, en 1986 se produce el movimiento que da origen al SUTEBA (Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires): “En un congreso que duró más de un día, se pueden vislumbrar discusiones previas y nuevas, como el tipo de organización a conformar y la necesidad un sindicato único. Luego, se va marcando una línea de trabajo con posiciones encontradas. Veinticinco grupos dispersos se unifican”.

Finalmente, expresó que el período mencionado es muy rico y un momento emblemático e importante para entender el contexto que se vive en Buenos Aires.

En último lugar, Julián Gindin se refirió aBrasil: “En la década de los sesenta, tenemos una menor radicalización de la sociedad en su conjunto y, en el caso del profesorado, una manera protocolar de relacionarse con las autoridades. Ese proceso se aborta porque en 1964 llega la dictadura militar. A finales de los setenta se retoma el movimiento y se da una transformación sindical radical”.

Por lo tanto, el docente explicó que la década de los ochenta es un momento clave, dado que se instala una nueva tradición reivindicativa asociada a la acción gremial politizada y se asume el debate educativo de una manera plena.

“En 1978 empiezan una gran ola de huelgas emblemáticas en fábricas enormes y el magisterio participa. También, comienza una apertura por parte del Gobierno. En 1980 se crea el Partido de los Trabajadores. En 1989 hay elecciones y el PT llega como un espacio fuerte con la consigna «trabajador, vota al trabajador »”, planteó el especialista y agregó: “Hay una idea de frente social en la lucha por la democratización y el Estado pierde la capacidad de controlar al movimiento sindical”.

Para concluir, especificó que en la docencia hay huelgas en todas las provincias y el mapa es heterogéneo: “A las conducciones tradicionales les pasa la historia por arriba y desaparecen. Hay una efervescencia en la afiliación docente. Muchas asociaciones se convierten en sindicatos reconocidos. La asamblea se conforma como el mecanismo de toma de decisiones. Las agrupaciones docentes ven a la educación como un proceso político y este cambio ocurre en este contexto”.

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