El sueldo inicial de un docente está casi $15.000 por debajo de la línea de la pobreza (INDEC) y no llega a la mitad de lo que un grupo familiar de cuatro personas necesita para cubrir el conjunto de sus necesidades fundamentales.

Desde hace ya un tiempo, el presupuesto educativo entró en un “tobogán”: cada año el Gobierno provincial destina una porción menor a Educación del total de sus gastos. Volver a los valores del 2013 significaría un aumento de más del 50%.

Además, el sistema educativo crece con más estudiantes en los diversos niveles y modalidades. El resultado inevitable es la ausencia de cargos y horas, edificios escolares en malas condiciones, la falta de computadoras y conectividad, etc.

Con la Ley de Emergencia el gobernador Perotti impuso adicionales salariales con cifras no remunerativas. Así apareció el código 458 que significa algo más que la duplicación de la cifra total que no hace los aportes correspondientes.

La paritaria firmada en marzo definió que, a partir de abril, se reabrían las negociaciones para hacer remunerativo el código 458. Nada de esto ocurrió. La CD provincial ha mantenido un llamativo silencio.

La ley de reforma del impuesto a las ganancias no ha significado una verdadera solución para miles de docentes. Los $150.000 y $173.000 brutos mensuales de promedio anual son superados por compañeros que no tienen ingresos de empresarios. La inflación avanza y cualquier ajuste salarial que intente seguirla significará mayores descuentos.

Las asignaciones familiares siguen representando valores insignificantes para cualquier maestro con hijos a cargo. El aumento del año pasado fue sobre valores tan bajos que las actuales asignaciones por hijo en Santa Fe ($780) solo alcanzan para comprar 1 ½ kg de yerba.

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Amsafe Caseros, Belgrano, General López y Rosario