Aguillón: “La pared nos pone a la par”

Los días 13 y 14 de mayo de 2016, la artista plástica Elizabeth Aguillón llevó a cabo el taller “Las formas de la imaginación. Huellas colectivas en un espacio común”.
El encuentro tuvo un carácter muy especial dado que finalizó con la hechura del mural que embellece la sala de conferencias Pedro Martí en nuestro gremio.

Durante la primera jornada, la muralista de Granadero Baigorria inició contando sobre su trayectoria, experiencia y capacitación formal en la Escuela Municipal de Arte.

Luego, trasmitió tres videos. Uno sobre su obra y trabajo particular, otro sobre un proyecto en el que trabaja, vinculado al sistema educativo, llamado “Pintando bajito” y el tercero sobre una iniciativa denominada “Arte que ayuda a curar” desarrollada en más de 150 espacios de salud. “Desde una experiencia personal con mi hija, empecé a pensar en los espacios hospitalarios de color gris, un lugar ajeno al mundo de los niños. Por lo tanto, comencé a militar para que en los centros de salud los chicos estén más humanizados. El objetivo es transformar el dolor en colores”, reflexionó.

“El muralismo me dio el contacto con la calle y la gente. El arte es una herramienta de sanación y una forma de decir “acá estoy, existo”. La pared nos pone a la par. Lo más rico que tiene esto es poder pararnos todos en la misma línea y vivenciarlo. Es muy importante la participación colectiva”, manifestó durante la exposición la artista.

Posteriormente, se prepuso dejar las técnicas de lado y dibujar. Por lo tanto, los asistentes se dividieron en grupos y empezaron a componer curvas y rayas al compás de la música. Algunos lo hicieron con los ojos cerrados y otros con los ojos abiertos. Según Elizabeth, los primeros hablaron desde el alma y los segundos desde la conciencia. Después, narraron su historia y recuerdos a través del dibujo. 

“Lo que hicieron fue una construcción colectiva: se abrieron canales de diálogo, se afianzaron vínculos, se aumentó el entendimiento del otro, nos involucramos en el proceso, estimulamos la creatividad, nos sentimos más seguras y desarrollamos las relaciones interpersonales”, concluyó la muralista.

Al otro día, a través de la coordinación Aguillón, se pintó una de las paredes de la sala de conferencias Pedro Martí.

De manera conjunta, los afiliados dibujaron con cerita, realizando líneas cerradas para que otro las continúen en un diálogo continuo. Finalmente, llenaron de pintura todo el mural.

“Esto que hicimos es un trabajo para y con el otro. Se apropiaron de este espacio que es de ustedes. Dejaron una huella. Me estoy llevando un corazón re contento. El arte cura, ante cualquier inconveniente recurran al arte”, concluyó la pintora.

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